A orillas del río Shutía, en Jayaque, departamento de La Libertad, existe una cueva cuya forma se asemeja a la de una media Luna. Sobre ella, los salvadoreños cuentan la leyenda de un pueblo que continuamente se preguntaba acerca del origen de todo cuanto les rodeaba: la lluvia, el viento, las montañas y demás.
Era gente en extremo sencilla y humilde, que pasaba su tiempo entre el trabajo y la meditación. Del Sol sabían que se ocultaba tras las algodonadas nubes, mas continuaba allí, vigilante.
Pero cierto día se preguntaron a dónde iría la Luna cuando no se la veía en el cielo, pues esto les resultaba desconocido.
– La Luna desaparece por completo, aún si el cielo está despejado y las estrellas puedan verse.
Y comentaban tanto sobre esto, que un curioso jovenzuelo decidió seguirla, para conocer finalmente dónde se escondía.
El muchacho esperó a que llegara la noche, y conforme la blanca Luna iba escapando del cielo, él iba cruzando los amplios valles y elevadas montañas con ella.
De pronto la Luna descendió, ante su mirada atónita, alumbrando con su brillante luz cada vez más y más próxima su rostro.
Por último, llegó a las orillas del río, donde cerca de unas peñas, el muchacho la vio ingresar a una cueva.
– ¡He descubierto el misterio! – pensó, mientras veía sin dar crédito a sus ojos cómo la Luna se transformaba en una hermosa mujer que lentamente se inclinaba para descansar sobre las rocas.
Luego de presenciar el maravilloso espectáculo, el jovenzuelo volvió a su casa para contar a sus parientes lo que había visto.
Pronto, todos ellos se lo habían contado a otras personas y así se fue corriendo la voz por todo el pueblo.
Ahora, todos iban a ver a la Luna convertirse en mujer cada noche. Sin embargo, nadie se atrevía a hablarle. La gente se contentaba con contemplar sus gráciles movimientos y radiante sonrisa.
Pero, poco a poco, la Tierra cayó presa del mal, llenándose de ambición, egoísmo y rencor.
Fue entonces que la Luna, apenada, prometió jamás volver abajar con la gente.
Y aunque hoy nadie sabe a dónde va cuando abandona el cielo, todavía queda la memoria de su visita a nuestro mundo en la cueva con forma de media luna, cerca del río Shutía.
Esa leyenda está mal el lugar no es en jaysque es en Izalco depto de Sonsonate yo estuve ahí el sabado26 de mayo de 2018 y los invito a visitarla para q verifiquen el lugar correcto