El mito de la bruja que se transforma en mona recibe otros nombres, siendo el más frecuente el de Mico Brujo, popular en Guatemala y El Salvador. En Nicaragua, son muy comunes las leyendas de brujas que se transforman en micos brujos (o monas brujas), ceguas y cerdos («chanchas»).
Las monas usualmente son mujeres despechadas que se transforman para ir en busca de los hombres que las abandonaron. Dice la leyenda que las mujeres van al árbol de chilamate, toman una de sus flores que brota exactamente a media noche y dicen el conjuro para transformarse. Las ancianas de los pueblos pequeños aconsejaban a los hombres que salieran con la ropa interior al revés para ahuyentarla.
En todo El Salvador se conoce la leyenda del “Mico Brujo”. En algunas partes también lo relacionan con otras especies como La Mona o El Chancho.
La leyenda
Decían nuestros antepasados que habían unas mujeres que a las once de la noche se daban tres volantines o vueltas para atrás y luego tres para adelante (saltaban hacia delante o hacia atrás); que estas mujeres tenían un guacal donde dejaban su alma y ya sin esta tomaban figura de monos, o chanchos y se dedicaban a hacer diabluras.
Y así estas brujas, acompañadas de la oscuridad de la noche, se trepaban a los árboles y tiraban frutas a la gente. Se subían a los techos de las casas, saltando de un lugar a otro y arrojando pedradas contra las personas que pasaban en la calle vecinas.
Muchas personas han tratado de agarrarlas y matar a la mona o chancha, pero de nada les sirve, pues cuando ya están cerca y creen tenerla acorralada se les esfuma como por encanto.
También contaban nuestros antepasados que esas mujeres podían convertirse en chanchas grandes, negras y llenas de lodo. Apenas veían a la persona señalada, aligeraban su trote y comenzaban a gruñir, embestían furiosamente a la persona y le daban trompadas y mordiscos en las piernas hasta derribarla y hacerle perder el conocimiento, al día siguiente, la víctima amanecía molida y mordida, y con los bolsillos vacíos.