Muchas historias se han relatado a lo largo del tiempo que están relacionados con lo árboles de amate, unos árboles misteriosos que encierran muchos secretos, especialmente por las noches.
Se dice que estos misteriosos árboles son el hogar de seres de otros mundos que quieren acercarse a los vivos, por ello no se recomienda pasar bajo un árbol de amate por las noches, ya que podrían asustarte.
Cuando las ramas de los árboles de amate se mueven de un lado a otro, sin que el viento azote el lugar, es porque la Siguanaba se está meciendo.
Una antigua creencia popular afirma que a Ziguagüet le fascina asustar debajo de los palos de amate. Espera en las noches a los hombres que andan por las veredas y los ríos después de las 8:00 de la noche.
Se les aparece como una mujer hermosa, pero a la hora de abrazarle se convierte en la Siguampera. Ante el monstruo, el hombre huye despavorido y con la firme promesa de nunca más andar cerca de los amates por la noche.
Algunas personas consideran que la leyenda fue creada para que los hombres infieles dejaran de buscar una aventura lejos de su casa. La Siguanaba es algo parecido a una heroína que infundía temor a los hombres