Nahulingo, al igual que la ciudad de Izalco en Sonsonate, es famoso por ser cuna de brujos y sitios hermosos. Esta leyenda es un ejemplo de ello.
Cuentan los ancianos que hace mucho tiempo una linda jovencita era admirada por todos los brujos, quienes pretendían desposarla, pero ella no le hacía caso a ninguno.
Entonces los hechiceros, molestos por el desprecio, dijeron: “En venganza porque a ninguno de nosotros nos quiere, haremos un hechizo para que no sea de nadie y sólo nosotros podamos verla”.
Cierto día, la muchacha se fue a bañar al manantial ubicado cerca del cantón Piedra de Moler, en la comprensión de lo que es hoy el municipio de Nahulingo.
Ella acostumbraba bañarse desnuda, al asomar el sol; no obstante, esa mañana al llegar al manantial el sol aún no salía.
Se quitó la ropa y comenzó a nadar. Cuando estaba en el centro de la poza que forma el manantial, comenzó a trasformarse en un pececito pequeñito y dorado. Los brujos se escondieron entre la espesa vegetación y vieron cómo se convertía en pez.
No le permitieron huir y todos agitaron sus chilillos curados y le dijeron: “De castigo por despreciar nuestro amor, desde hoy y para siempre te convertirás en un pescadito, pero serás de oro, porque eres nuestro tesoro, y nadie, aparte de nosotros, te podrá ver”.
Pero los brujos no contaron que las personas de corazón puro también pueden ver al triste pescadito de oro que nada en el manantial de Nahulingo.