La giganta de Jocoro

Su existencia data de 1908, fecha en la que según la leyenda lugareños encontraron en un cerro, que inicialmente se llamaba San José y hoy cerro El Gigante, huesos humanos que pertenecían a una persona de dos metros de altura.

La giganta de Jocoro

De dichos huesos nada se sabe ya, pues el relato termina asegurando que fueron llevados a examinar a otro país.

El alcalde de entonces, Santiago Mata, encargó a Neftalí elaborarla y este esculpió la cara en madera y la pintó, luego formó el cuerpo de modo que una persona se pudiera meter bajo esta y hacerla girar para que pareciera que bailaba.

El hallazgo causó revuelo entre los habitantes y dio pie a la creación de un mito popular que terminó convirtiéndose en la leyenda de la “Giganta de Jocoro”, un relato que con los años ha dado paso a la elaboración de una muñeca alta que, acompañada por una corte de enmascarados, sale a bailar por las calles del municipio cada mes de febrero.

Para hacer honor a la elaboración de las muñecas gigantes y honrar una tradición propia del municipio, el próximo 3 de agosto se realizará el Tercer Festival Giganta de Jocoro.

Con los años, las “Gigantas de Jocoro” se han popularizado en El Salvador y ahora se bailan en los desfiles de correos y fiestas patronales de distintos municipios del país.

 

La Giganta, a quien los jocorenses aprecian como su patrimonio, no ha sido declarada como tal, aunque su casa está en barrio Nuevo, entre la familia Lazo. Muchos otros han hecho réplicas para lucrarse.


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